24.11.06

Al mal tiempo, buena cara



El día amaneció de perros. Y ella despertó en concordancia. De malhumor y dolida con el mundo por tener que vivir un jueves gris en lugar de un radiante sábado, se fue a la cocina a tomar el desayuno. Pero se había quedado sin chocolate y el pan estaba duro. En cuanto a la ropa que pensaba ponerse, no se había acordado que estaba sucia y arrugada. El gato no paraba de maullar y restregarse entre sus piernas y para empeorarlo todo… En la radio comunicaban que había habido un accidente y el tráfico estaba peor que nunca.

Se fue al baño y con el jabón y la esponja, se borró la cara amargada que llevaba y se pintó una de nueva donde lucía una gran sonrisa.

Ahora ya estaba preparada para salir a la calle y encarar un nuevo día.